Y SE CASO RAMONA...

Su nombre (Gil) no pega por ningún lado con su apodo, ya que lo adquirió de una manera accidental. Jugando basketball en los años 80, los integrantes del quinteto elegían su equipo favorito de la NBA, y el en vez de decir los lakers de los Ángeles, dijo: soy de los “lay de los Ángeles”, ahí mismo firmó su sentencia, para el sobrenombre de LAY.

personaje pintoresco, toda su vida ha vivido como un jevito, mucho antes de que inventara la palabra, en pleno apogeo de los 80 siempre vestía impecable, a pesar de ser mas negro que un azabache, cuando no era bermudas amarillas combinadas con los tenis, eran blancas, y así por el estilo. Era el único negro que se vestía de blanco entero, incluso cuando llovía lo hacia también, y tomando en cuenta que las calles del pueblo no servían, eran puro caliche, lo que las convertía en un pantano cualquiera.

Su método para lograr esto: zapatos en una funda negra, se iba en chancletas samurai o “pisa pupú”, para el lugar de entretenimiento, dos esquinas antes de llegar, y aprovechando la oscuridad, cambiaba a los zapatos, guardando las samurai en un lugar estratégico, siendo entonces la única persona en llegar nítido a la sala de baile a dar pasos de salsa con los zapatos blancos relucientes, luego de tremendo aguacero.

Chabacano, basketbolista (hasta hoy), fue karateca, bailador de salsa y merengue, nunca dio para el béisbol, pero dice él que juega soffball, dice el. Aunque éramos de épocas diferentes nos toco vivir juntos en la misma casa, a principios de los años 90, éramos muchos, pero la casa era grande, mis primos, mis tíos, otro personaje digno de un post, la servidumbre, el y yo. Siempre nos hemos llevado bien, con una que otra rabieta y discusión como es normal, estudiamos en la misma universidad, el Dr. En Derecho, yo Arquitecto.

En los años 94,95,96 en nuestras mentes solo había una cosa que tenia prioridad: estudiar, y tirar para adelante…claro, las cherchas estaban, pero no eran la gran necesidad, una que otra vez, le toco servir de acompañante a mi prima, alguna fiesta de esas de colegio, o de algún Servando y Florentino que viniera al país. En esto era un experto, acompañando y disfrutando sin pagar ni un chele, ya que para esa época no daba un golpe ni del karate que el dice que fue cinta amarilla.

Ramona flores, era su prima que vivía no se donde, pero que tenia unos contactos internacionales, con los cuales siempre salía a cenar, ella para no quedar como una caperucita a merced de los lobos españoles, italianos y demás, siempre llamaba a Lay, para que la acompañara a sus cenas. Ring…ringg…”alo?”..con lay?..un momento…laaaayyyy!!!....te llama Ramona!...La cara le cambiaba de una vez: Esta noche hay cenaaaaaa!!!!...

Como no teníamos llave de la casa, llegamos a un acuerdo, cuando el saliera yo me quedaría despierto, viendo TV, para abrirle la puerta, con una condición: que trajera aunque sea un pedazo del postre de la cena, para darle “kiling”, en la madrugada.


Fueron muchas las veces que no me llevo nada, y pa colmo me daba cuenta después de abrirle la puerta, varias veces discutimos, pero que va, siempre se salía con la suya, “algún día”..Le decía yo…se te acabara la fiesta….
Asadero los argentinos, la pampa, no hubo, un restaurante de carnes que no visitara con Ramona, que no se diera su hartura de vino caro, y carnes a su elección, todo era felicidad y sabrosura, yo seguía abriendo la puerta, una que otra vez, me llevo un pancito con ajo, como para que no me diera un yeyo…una noche sonó el teléfono, como siempre…era Ramona, cuando le anunciaron que era ella, dejó de ver a Nuria en el nueve, y antes de coger el teléfono, ya tenia sobre la cama la ropa que se iba a poner.

Me quede sorprendido cuando regresó con la cara como el luchador “el Espartaco”, y me dijo: se acabó la beca: SE CASO RAMONA FLORES!!!., y a partir de ahí, no volvieron los restaurantes a verle su cara de felicidad, cuando se jartaba sin pagar ni un chele.